Capítulo 218
Capítulo 0218
-Cuánto tiempo sin verte. Has cambiado muchísimo le dijo Luisa extendiendo con sutileza
la mano.
Silvia no la tomó, solo le dedicó una sonrisa cortés.
-Tú, en cambio, no has cambiado mucho.
La expresión de Luisa se tensó un poco mientras retiraba su mano.
-¿Te importaría salir a charlar un rato?
Luisa se había casado con la familia Ferrer antes que Silvia. Cuando ella se comprometió con Julio, Luisa solía visitarla con cierta frecuencia, conversando con ella amenamente como si fuera una comprensiva hermana mayor. Sin embargo, después de que ella se casó y su padre murió, dejando a la familia en decadencia total, Luisa mostró su verdadera naturaleza. No se podía negar que algunas personas nacen con grandes habilidades para actuar. Content held by NôvelDrama.Org.
Mientras caminaban por un sendero serpenteante, Luisa le dijo con gran dulzura:
-¿Sabes? Cuando escuché que habías muerto hace cinco años, no pude dormir en toda la noche. En ese momento, estaba embarazada de Ramón y casi pierdo al bebé por el susto.
En el mundo de los adultos, muchas cosas se entienden sin necesidad de decirlas.
-¿Estabas asustada? —le dijo Silvia con una amplia sonrisa, fingiendo bromear.
-¿Tenías miedo de que viniera a buscarte por la noche?
Desde que Silvia se casó, su cuñada no había perdido la oportunidad para ponerle obstáculos. En una ocasión, cuando Julio estaba en el extranjero tratando un proyecto se perdió, Silvia visitó a cada pariente y alto ejecutivo de la familia Ferrer para asegurarse de que la empresa no colapsara en ese momento.
Cuando todos pensaban que Julio había muerto, Silvia viajó sola a Cielosur para buscarlo. En un lugar completamente desconocido para ella, tuvo la suerte de encontrarse con un socio comercial de Julio. No solo logró cerrar un excelente trato en nombre de Julio, sino que también llamó la atención del anciano de la familia Ferrer, quien le permitió ingresar en la
empresa.
Sin embargo, Luisa arruinó todo al difundir rumores de que Silvia había seducido a un magnate en Cielosur. El anciano, al escuchar eso, se enfureció demasiado y castigó a Silvia. Esa fue solo una de las muchas veces que ella la hizo sufrir.
Luisa mantuvo una sonrisa falsa mientras su rostro se tensaba un poco.
-Después de tantos años, te has vuelto más graciosa.
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Ambas caminaron hasta llegar a un patio apartado, Silvia recordaba muy bien haber estado allí de niña, pero desde que se casó con Julio, nunca había vuelto a entrar. Había preguntado a las sirvientas de la familia Ferrer sobre el lugar, pero ellas tampoco nada al respecto.
Luisa se detuvo fuera del patio.
-Silvia, ¿recuerdas cuando me contaste que Julio fue a buscarte una noche lluviosa?
Eso, fue justo antes de que Silvia se casara, y se lo había contado a ella.
-Sí, ¿por qué lo preguntas? -respondió Silvia, sin entender sus intenciones.
Luisa arqueó ligeramente las cejas.
-Siempre he tenido una duda. Según tú, Julio era muy amable y caballeroso, ¿verdad?
Silvia sintió una extraña inquietud en ese instante.
Luisa sonrió con gran ironía.
-Creo que hay algo que deberías saber.
Miró de reojo hacia el patio silencioso no muy lejos.
-Puedes entrar y echar un vistazo.
Silvia no entendía realmente sus intenciones.
-¿Por qué debería hacerte caso?
Después de haber sido traicionada tantas veces por Luisa, Silvia realmente ya no confiaba en
ella.
-Créeme o no, pero te lo advierto, si no entras a ver, te arrepentirás.
Luisa se volteó para irse, pero antes de marcharse, añadió con sarcasmo:
-Solo estoy adivinando. No importa lo que veas, no digas que fui yo quien te lo dijo. Solo es una suposición.
Al final, Luisa también le temía a Julio. Él no era en realidad, ningún caballero. De hecho, padre de Andrés, el tío de Julio había sido arruinado por él y todavía estaba en el hospital, dependiendo de máquinas para lograr vivir.
Después de que Luisa se fue, Silvia se quedó sola, rodeada por el silencio.
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