Chapter 49
Capítulo 49
Ella nunca había pensado en llevar a los niños al zoológico, después de todo, habían vivido en la montaña durante cinco años, ¿qué tipo de animal no habían visto ya?
En la montaña habia animales que ni siquiera estaban en los zoológicos.
Los tres pequeños sí que disfrutaban de los animalitos, pero no era algo que les resultara extraordinario.
Cuando escucharon que iban a salir a divertirse, se pusieron muy felices, se vistieron rápidamente y siguieron a Carol fuera de casa.
La familia de cuatro tomó un taxi y se dirigió primero al parque acuático para visitar el ‘Ojo de Rafe‘.
Era la primera vez que los tres pequeños salían a jugar, y al ver las atracciones del parque, estaban fascinados.
Querían probar esto y aquello.
Carol no nadaba en dinero, pero era la primera vez que los niños jugaban a algo así, y no quería desanimarlos, asi que compró los boletos generosamente.
Ya que habían salido a divertirse, los dejó jugar hasta que se cansaran, lo importante era que estuvieran contentos.
Los llevó a montar la rueda de la fortuna y a disfrutar de la montaña rusa.
Ledo, que era valiente, incluso se atrevió a subirse al péndulo gigante.
Luca, que era más tímido, no se atrevía con las atracciones más emocionantes, así que Carol lo llevó a alimentar peces.
Veinte pesos por una pequeña botella de leche, Luca se la pasó dándosela a los peces, feliz como si fuera lo máximo.
La felicidad de los niños era así de sencilla.
Carol no paraba de tomarles fotos con su celular, capturando esos hermosos momentos
de unión familiar.
¿Qué importa si la vida está llena de baches y el destino es cruel?
Ella tenía tres hijos saludables y adorables, y eso era más que suficiente en la vida.
Ser madre soltera es duro, pero por muy difícil que sea, siempre es mejor que conformarse con un hombre que no vale la pena.
En internet abundan lás historias de hombres abusivos, esa si es una vida llena de
sufrimiento.
15:23
El tiempo feliz siempre pasa rápido, y antes de que se dieran cuenta, ya se había hecho de noche.
Al regresar a casa, los tres pequeñuelos se quedaron dormidos sin siquiera bañarse, ya que estaban exhaustos por la diversión del día.
Carol los miraba con ojos llenos de cariño.
Mañana, después de divorciarse, planeaba llevarse a los niños al sur, a establecerse en ‘una pequeña ciudad donde siempre fuera primavera.
Mientras trabajara duro y con diligencia, estaba segura de que podría criarlos bien.
Después de arropar bien a los tres pequeños, Carol regresó a su habitación y, con sueños de un futuro maravilloso, también se fue a dormir. Property belongs to Nôvel(D)r/ama.Org.
Al día siguiente, Carol se despertó temprano.
Revisó su celular primero para ver si Aspen había contactado con ella, pero no había prisa, apenas eran las seis y algo de la mañana.
Por si acaso, decidió llamar a Barrio Helios para asegurarse.
Le informaron que Aspen estaba ocupado en la mañana y que lo del divorcio se manejaría en la tarde.
Con esa información precisa, se conformó con esperar hasta la tarde.
Carol estaba de buen humor esa mañana. No podía dormir, así que se quedó en la cama usando su teléfono, hasta que se topó con una noticia que la hizo sentarse de golpe.
Después de leer detenidamente y asegurarse de que realmente era su mejor amiga Tania la que había sido golpeada, Carol se puso nerviosa.
Intentó llamar a Tania, pero nadie le respondió.
sin tiempo para o
Se levantó, el desayuno para los niños, dejó una nota y salió
corriendo.
Tania era su mejor amiga, al igual que Samira. Después de aquel incidente hace años, ambas habían sido objeto de burlas por defenderla, incluso habían recibido incluso cuerpos de animales pequeños de manera anónima.
No las había buscado directamente al volver por temor a que, si ella volvía a ser expuesta en internet, pudiera perjudicarlas.
Su plan era reunirse con ellas después de divorciarse de Aspen, para poder visitarlas tranquilamente.
Pero nunca imaginó que se toparía con la noticia de que Tania había sido atacada.
No podia mantener la calma sabiendo que su amiga había sido agredida.
Carol tomó un taxi a casa de Tania y justo cuando iba a llamarla otra vez, escuchó un grito detrás de ella,
Ahhhhh Carol!”
Carol dio un brinco y se volteó rápidamente.
Yahi estaba Tania, vestida con un abrigo largo y una tierna gorra peluche, mirándola con los ojos abiertos y una expresión de incredulidad.